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Platos principales

Pasta de batata a la crema

Querido Creador, hoy tengo un día un poco “plof” y por eso he querido compartir contigo una deliciosa y reconfortante receta, de esas con las que uno puede decirse al oído: “todo va a estar bien”. A veces no lo parece, lo sé. No sé si será la llegada de la primavera o que la vida, traviesa de cuando en cuando, te pone un examen sorpresa, para ver si esa lección ya te la aprendiste o necesitas un refuerzo. El caso es que hay días en los que un abrazo y un mimo son tan necesarios para el alma, como el aire para los pulmones.

Y eso que la “receta” en realidad es más sencilla de lo que parece a simple vista: si no te gusta dónde estás, muévete, no eres un árbol. El tiempo es lo único que tienes de valor, el único regalo que de verdad puedes y te pueden hacer y también es lo único que no vuelve. No lo desperdicies. Y a decir verdad, nada es tan importante.

Como dice Santandreulo único importante es nuestra capacidad de amar, a la vida y a los demás. Ni tú ni nadie ha necesitado nunca para ser feliz ni un empleo, ni una pareja, ni un hijo, ni siquiera la salud. Mucho menos la aprobación de los demás o que te traten como mereces. Eres un persona maravillosa pase lo que pase. Y si te pones en la peor fantasía que puedas imaginar, verás que aún así puedes ser feliz (este punto, a mi juicio, merece un trabajo intenso). Eso es porque, salvo la comida y la bebida del día, no necesitas nada. Y si te decides a aceptar a los demás incondicionalmente, convenciéndote de que todo el mundo es bueno por naturaleza, esto te permitirá ver a quién se comporta mal como un enfermo. ¡Ahí es nada!

Ingredientes:

  • 1 taza de anacardos (remojados 4 horas)
  • ½ cucharadita de sal del Himalaya
  • 1 diente de ajo
  • 1 cucharada de aceite de coco virgen extra
  • 4 batatas
  • 2 tazas de espinacas
  • Un puñado de hojas de albahaca fresca, cebollino y otras hierbas
  • Pimienta negra recién molida
  • Aceite de oliva virgen extra

Instrucciones:

  1. Dispón los anacardos remojados en el procesador de alimentos, añade entre media y una taza de agua, la sal y el ajo; procesa a alta velocidad hasta que obtengas un crema muy suave.
  2. Pela las batatas y conviértelas en fideos con la ayuda de un Spiralizer o una mandolina. Calienta el aceite de coco en una sartén grande de cerámica. Añade los fideos de batata y saltéalos unos minutos, de manera que queden tiernos pero crujientes.
  3. Una vez que hayas retirado del fuego la sartén, incorpórale las espinacas troceadas y revuelve para que se ablanden con el calor de la “pasta”.
  4. Añade la mitad de la salsa y parte de las hierbas a la pasta y revuelve para combinar.
  5. Salpimienta a tu gusto, rocía con el aceite de oliva virgen extra y decora con las hierbas frescas restantes.

Nota:

Puedes sustituir los anacardos por almendras. Y si prefieres no utilizar frutos secos o tienes digestiones un poco delicadas, te aconsejo que sustituyas los anacardos por leche de coco de lata, a modo de "falsa nata".


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Foto de Lindsay

Con Amor,
Natalia



Publicado por Natalia Croissier el 30/03/2016